Intentar aislarme completamente de todo, visualizar el entrenamiento, y no pensar en nada más que hacer orientación era el objetivo de hoy. A las 10 de la mañana ya había realizado mi calentamiento pertinente y me calzaba las zapas ligeras para afrontar un duro sprint con fuertes desniveles en el pueblo de Montánchez, un mapa que no está adaptado a las normas sprint pero que dispone de alguna zona de constante concentración. 2,5 kms en el papel y 3,96 en el gps en 17´30´´, ritmo lento marcado por los 160 metros de desnivel de la carrera.
A las 13 ya estaba preparado en Mérida, haciendo mi segundo calentamiento en las inmediaciones del circo y el teatro romano. Esta vez si disfrutaría de un mapa normalizado. 3 kms en el papel que se convirtieron en 3´9 en la realidad, con un tiempo sobre los 14´. Dos rutas dudosas, la 4 con mala ejecución por mi parte +17metros sobre la ruta del mas al sur, y la 7 bien ejecutada, era la mas corta.
Se acaba un mes de entrenamientos rápidos, ligeros, cortos, en comparación con lo que suelo trabajar. El crono no se ha puesto de mi parte en los test, pero me miro las piernas y me noto que aquí dentro ahí algo mas, no se cuando saldrá. Estos días he rozado el riesgo en cada cruce, arriesgando casi al máximo sin saber que vendría, la gente se apartaba y los coches frenaban, todos y cada uno, de que aparecían se les quedaba una cara extraña, no me importa que pensaban en ese momento, lo que si me importa que supieron leerme el rostro y las intenciones, ¡¡Quítate, no voy a parar!!
Y como dice mi entrenador “cuando el esfuerzo es grande la recompensa no se hace esperar” el trabajo ya está casi terminado, luchar durante mucho tiempo por objetivos es lo que me hace día a día disfrutar.
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